viernes, 28 de septiembre de 2018

Hitos de la publicidad


Hitos de la publicidad

Hoy en día los anuncios publicitarios están en todas partes. Son entendidos como una forma de poder dentro de la dinámica de los mercados y las empresas hacen complejos estudios de marketing. Incluso se ha convertido en una ciencia con sus propios parámetros y herramientas.

La publicidad no es cosa nueva. Ya en la antigua Sumeria y Egipto aparecen tablillas con inscripciones de mercaderes y reyezuelos, aunque predomina la tradición oral. Habrá que esperar hasta el siglo XVIII para ver una publicidad como hoy la entendemos: una publicidad de masas apoyada en los medios de comunicación.

A continuación, repasaremos los hitos más importantes:

1.       17 de abril de 1704, el primer número del The Boston News-Letter contiene el primer anuncio publicitario. La edición del 8 de mayo del mismo año publica otros tres bajo el título de anuncios. Dos de ellos ofrecen recompensas por la captura de ladrones, y el tercero anuncia bienes inmuebles en Oyster Bay, de Long Island.

2.       1737, en España, durante el reinado de Felipe V, aparece el primer cartel publicitario anunciando una corrida de toros.

3.       1759, aparecen las primeras ideas publicitarias. Joseph Addison es el primero. Dice que el gran arte de redactar anuncios consiste en encontrar el método apropiado para atraer el lector. Para ello recomienda el uso de asteriscos y letra pequeña que incita al lector a leerla como quien descubre un secreto.

4.       1786, nace la primera agencia de publicidad en Londres.

5.       1835, la primera valla publicitaria.

6.       De 1890 a 1920, la cartelería está en su máximo esplendor gracias al impulso de marcas como Anís del Mono o Codorniu.

7.       1920, aparece el primer anuncio de radio.

8.       1941, aparece el primer spot de televisión que valió 9 dólares. El anuncio se desarrolla así: En la parte inferior de los televisores aparece durante 10 segundos un cartel anunciando relojes, mientras que una voz en off lee un texto.Video del spot

9.       En los 60 y 70 aparecen los primeros estudios de mercado. Se estudian las dinámicas del consumidor y el marketing se asienta como ciencia.

10.   1994, aparece el primer banner de Internet. Era un anuncio de varios museos patrocinados por AT&T. Bajo estas letras dejo una imagen del banner. Como se puede ver, muy simple y directo.

jueves, 27 de septiembre de 2018

Más allá del limes


Más allá del limes

Dicen que en el siglo XIX el hombre empezó a trazar fronteras en la tierra y vestir de banderas todo lo habido y por haber. Pero esto de “lo tuyo y lo mío” tiene más años que el sol. De hecho, hay que retrotraerse hasta la Antigüedad para ver las primeras luchas entre vecinos por un tema tan ficticio como el de la propiedad. Ya hace 5000 años se daban estas luchas en la antigua Mesopotamia y Egipto por estas cuestiones, que de forma no oficial evidenciaban una tendencia natural del hombre a apropiarse de aquello que consideraba propio.

La problemática dejó guerras, miles de muertes, imperios y reyes en el camino. Hasta que llegó Roma, pionera en muchos aspectos, la primera civilización que trazó fronteras. Lo llamaron limes.

El limes fue siempre el límite entre lo conquistado y lo que estaba por conquistar. Una línea imaginaria vigilada por patrullas y algún que otro fuerte en puntos muy conflictivos. Sin embargo, en un momento dado el limes pasó a convertirse en una línea imaginaria perfectamente amurallada y vigilada que marcaba lo conocido y lo desconocido. Pasó de ser una línea que marcaba la conquista a una línea defensiva, que se extendía por todo el Imperio.

Esto ocurrió en la segunda mitad del siglo I d.C. con la cada vez mayor resistencia de los pueblos bárbaros (eran todos los pueblos más allá del limes). Primero en Britania (muro de Antonino y Adriano), después en Germania, después en el este de Europa y después toda la zona de Oriente próximo y África. En total se trazaron siete limes que resistieron a duras penas. Finalmente, el limes germanicus cayó ante el empuje de innumerables pueblos bárbaros y la imposibilidad de defenderlo por parte de los romanos. Como un castillo de naipes en poco menos de un siglo cayó el Imperio de Occidente.

miércoles, 26 de septiembre de 2018

Crítica de 12 Valientes


12 Valientes de Nicolai Fuglsig

Cuando vemos una película de guerra nos exponemos a dos cosas: patriotismo y testosterona. En ocasiones, el fallo no está en la película, está en la audiencia, que espera ver algo diferente. Lo cierto es que si hablamos de guerra lo único que importa es hablar de la misma guerra y de retratarla como lo que es: una puñetera guerra. Y en una guerra hay historias de valientes y de cobardes. Y con ello no digo que ambas cosas sean buenas o malas. La historia, para bien o para mal, se escribe en este sentido.

Esta historia, como bien indica el título es una historia de valientes, de 12 valientes. Si, con todo el artificio de Hollywood. Si, con todo el patriotismo de Hollywood. Si, con toda la testosterona de Hollywood. Y si, con el vigésimo intento de Elsa Pataky de jugar a ser actriz.

Pero no lo olvidemos, la realidad siempre supera a la ficción, y la ficción no es más que la caricatura de lo que ocurrió a finales de 2001 en el norte de Afganistán. Imaginad, facciones por doquier, intereses por doquier, muertes a miles... y entonces llega el tío Sam. Cierto es que con mucho artificio y mucha aura conspirativa a su alrededor (bombas de destrucción masiva y etc.). Pero el tío Sam llega y la guerra comienza, con 12 valientes en una misión suicida que bien hubieran planteado los espartanos.

Épico. Es cierto que Hollywood lo arma de una gran pompa. Pero, ¿no es la épica y la gloria lo que construye a las naciones? Es cierto, la película se aleja del canon actual más humano y personal, que no dudo que sea interesante y en ocasiones muy consumible (véase La delgada línea roja, entre otras), pero cuando uno va a ver una película de guerra lo que quiere ver es un infierno de balas y de sensaciones contrapuestas. Y si encima hay una historia por detrás con tintas épicos. El director asegura y triunfa.

En cuanto a los actores, tenemos al Cid Campeador de nuestro tiempo, también llamado Thor o Chris Hemsworth, su pseudónimo. Un tipo que ha nacido para encarnar a todo tipo de héroes impertérritos y perfectos. Aunque está claro que el aura de Thor es muy difícil que se la quite. Los demás no pasan de meros secundarios, muy secundarios.

La guerra ha evolucionado mucho desde que peleábamos con piedras. Todo es diferente, los métodos y la estrategia. Pero lo que no cambia es su sentido. Defender a los tuyos y a una patria, con la vida si hace falta.

¿Tiene sentido? Esa es la cuestión.

Crítica a Campeones de Javier Fesser

Campeones de Javier Fesser Campeones y Valientes. Campeones por lo obvio que resulta encontrar una minoría de personas que día a...